¿Se necesitará fijar impuestos a empresas que reemplacen personas por robots?

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El reciente anuncio del uso de robots para tomar pedidos en McDonald’s reaviva la discusión sobre la necesidad o no de preparar la legislación local para la llegada de este nuevo tipo de trabajadores.

Nada menos que 2.500 tiendas de McDonald’s en Estados Unidos tendrán este año robots (quioscos automáticos) para atender los pedidos de comida. Y ni bien lo supieron en Wall Street elevaron las acciones a su máximo histórico. Esto es lógico porque un negocio como el de la comida rápida la ganancia por hamburguesa es de centavos y todo aquello que genere ahorros en costos es visto con buenos ojos por los inversionistas.

McDonald’s ha aclarado que no va a despedir a 2.500 empleados, sino que los moverán a realizar otras funciones. No obstante ello, los analistas del sector estiman que la tendencia a incorporar la automatización en la atención al cliente en los restaurantes se multiplicará a otras cadenas y tendrá un impacto social. Incluso existe un estudio elaborado por CB Insights en donde se calcula que 10,5 millones de empleos estadounideneses están en alto riesgo de obsolescencia debido a la inteligencia artificial y la robotización.

En Europa, según refiere el abogado Erick Iriarte, la legislación se viene preparando para este cambio en composición del personal de las empresas y ya se ha considerado la necesidad de que los robots paguen aportaciones sindicales como una forma de equilibrar el hecho de que la empresa no se contrate a un humano.

EL CAMBIO SUELE GENERAR MIEDO, PERO EN LA MAYORÍA DE CASOS TERMINA SIENDO INFUNDADO, PORQUE LA MANO DE OBRA, TRAS LA DEBIDA RECONVERSIÓN, PASA A CUBRIR OTRAS FUNCIONES

El camino legal por recorrer es largo aún. Bill Gates lo avivó a principios de año cuando mencionó la necesidad de crear impuestos o cuotas a quienes contraten robots. De hecho, variedad de países europeos y norteaméricanos han abierto ya el debate en torno a la función que tendrán los robots dentro de la sociedad, si serán solo herramientas para facilitar la vida de los humanos o si tendrán como androides o humanoides algún tipo de trato diferente.

PARA TODOS LOS GUSTOS
​En Dubái existe un robot policía, en Francia tenemos a Stan, quien se encarga de estacionar los carros, y no podemos olvidar a Hadrian X, un albañil que construye una casa en dos días. La lista de robots listos para entrar al entorno laboral es larga. Japón y China incluyen variedad de modelos para distintas labores. Su presencia y futuro rol al interior de las empresas es algo inminente.

robot

¿DILEMAS LOCALES?
​En Perú son pocos, pero ya existen casos de atención al cliente valiéndose de un robot. Como ejemplo tenemos al carismático arturito, el chatbot del BCP. ¿Es un tema del que debamos preocuparnos en términos de ir creando una legislación especial? Todavía no hay consenso, pero el debate ya arrancó.

El laboralista Germán Serkovic estima que el cambio suele generar miedo, pero en la mayoría de casos termina siendo infundado, porque la mano de obra, tras la debida reconversión, pasa a cubrir otras funciones. Eso ha pasado desde que se creo la imprenta. En el inicio del maquinismo, por ejemplo, el temor llevó a destruir los equipos cuando llegaban a las fábricas. Ahora estamos ante la cuarta revolución industrial y surge nuevamente el temor, el cual puede resultar infundado. «Establecer topes para su uso parece ser una situación sacada de las peores pesadillas de Isaac Asimov. El progreso no se puede detener», recalca.

¿SE DEBERÍA PENSAR EN UN SEGURO DE DESEMPLEO O PROGRAMA DE FORMACIÓN PARA AQUELLOS QUE SALEN DE LAS FÁBRICAS PORQUE ESTÁN SON MANEJADAS POR ROBOTS?

Percepción parecida tiene Miguel Morachimo, director ejecutivo de
Hiperderecho. A su entender es insostenible en el tiempo el establecer impuestos o cuotas de contratación a las empresas que usen robots. Esa deberá ser, sustenta, una decisión de cada empresa y serán los consumidores quienes elegirán si quieren ser atendidos por personas o sistemas. Además, en un país como el Perú con tanto empleo informal, la preocupación del Estado debería ser mejorar la calificación de las personas para conseguir trabajos más sofisticados y no crear impuestos. «Nadie que contesta una línea de atención al cliente o toma pedidos en un fast food quiere trabajar ahí para siempre y es un error proteger ese status quo», recalca.

COSTO SOCIAL
Los analistas internacionales de diferentes firmas, incluida Deloitte, ya advierten que el problema social en torno al ingreso de los robots al mundo empresarial será más intenso en países con mayores niveles de pobreza. Aquí el costo es alto porque existe un desnivel educativo y las poblaciones de menos recursos tienen complicado adquirir las nuevas competencias que demanda esta cuarta revolución.

César Puntriano, socio del estudio Muñiz, advierte que el deber del Estado es generar puestos de trabajo para la población. Si se desea «contratar» a un robot para ocupar funciones hoy humanas, lo idóneo sería que se haya descartado que no puede ser desempeñado con eficiencia por alguna persona sin empleo. Establecer porcentajes máximos en función del tipo de actividad económica de la empresa y su ubicación geográfica, añade, sería esencial para evitar un incremento del índice de desempleo.

La inserción de robots en el mercado laboral peruano, agrega, deberá ser progresiva. En nuestro país existen muchas personas calificadas que no consiguen un puesto de trabajo y lo idóneo sería primero que ellos consigan empleo antes que dárselo a una máquina. Incluso, enfatiza, se debería pensar en un seguro de desempleo o programa de formación o autoempleo para aquellos que salen de las fábricas porque están son manejadas por robots. Además, dice, sería importante regular una penalidad especial para quienes despidan en forma arbitraria a un trabajador y pongan un robot en su lugar.

EN UN PAÍS COMO EL PERÚ CON TANTO EMPLEO INFORMAL, LA PREOCUPACIÓN DEL ESTADO DEBERÍA SER MEJORAR LA CALIFICACIÓN DE LAS PERSONAS PARA CONSEGUIR TRABAJOS MÁS SOFISTICADOS

¿Deberían ya estar los congresistas debatiendo la conveniencia de este tipo de normas? Desde Deloitte estiman que ahora es cuando, porque es bueno actuar antes de que el uso de robots sea estándar. Sin embargo para el abogado Oscar Montezuma todavía falta que la tecnología madure y se vuelva más económica. No debería ser necesaria una regulación hasta que las circunstancias lo ameriten, añade. En el país tenemos que la mayor cantidad de personas trabaja en el sector informal, donde no se usa tecnología, y por tanto el reemplazo por robots será algo propio de las grandes corporaciones, que ya tienen bastantes reglas que cumplir. En lo que sí coinciden todos los expertos es en la necesidad de pensar algunas políticas o marcos de procedimiento como Estado digital, porque la cuarta revolución es un hecho ineludible.

Fuente: el comercio.pe

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