Cómo cambiar de carrera profesional sin dejar su empresa

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Ser capaz de maximizar en otro sector, puesto o actividad lo que sabemos hacer… Esto es lo que supone la tan traída y llevada reinvención profesional, que implica un cambio radical de nuestra carrera. Pero hay quien piensa que con este giro total no tenemos por qué cambiar de sector o de trabajo: es posible reinventarse dentro de la compañía en la que estamos, y adquirir una nueva relevancia, demostrando un valor profesional que antes no se nos reconocía.

Ovidio Peñalver, socio director de Isavia, cree que esto es posible, y que resulta más fácil cuando se trabaja en una gran compañía. Sugiere empezar por comunicar que uno está dispuesto a iniciar la transformación. Y añade la necesidad de ser proactivo. Reciclarse resulta fundamental, y Peñalver considera necesario formarse, bien dentro de la empresa o invirtiendo en uno mismo para cursar un máster o estudiar otra carrera.

Silvia Leal, experta en transformación digital, opina que “el que trabaja en una compañía y quiere cambiar de puesto o de actividad debe acreditar externamente que lo merece. Hay que saber, pero también ser capaz de probarlo. Aquí entra en juego la formación, porque mejorar implica formarse, y cuando se tiene un bagaje también conviene emprender una campaña de micromarketing para que se vea que uno ha cambiado realmente”.

Añade que saber gestionar nuestra actividad en las redes sociales es clave: “Si uno se forma, comenta, y la gente le sigue, no está vendiendo humo. Se atiende cada vez más al márketing del propio empleado, y hay compañías que incluyen esto en la retribución variable. Hay ratios para medir todo esto, por lo que cada vez es más fácil saber si detrás de un perfil determinado sólo hay humo”.

La idea es que desde fuera se nos vea como un influencers o como profesionales de relevancia sobre ese tema. Se trata de poder justificar internamente que se merece ese cambio, demostrando que uno es un buen profesional. Peñalver añade la posibilidad de pedir un movimiento horizontal o lateral dentro de la organización para ganar en polivalencia, aunque advierte de que, con este movimiento, se pierde estatus a corto plazo, e incluso dinero, aunque es estratégico y de largo plazo.

A esto añade la necesidad de analizar y sopesar cuánto tiempo nos queda en nuestra función actual y cuánto valor podemos seguir aportando con la actividad que desempeñamos. Silvia Leal se refiere asimismo a la posibilidad de un cambio de empresa dentro de un grupo: “Si uno es bueno no querrán que se cambie. Habrá que pelear para que el nuevo jefe le contrate y que el que ahora tiene le deje irse. Es algo similar a lo que pasa cuando se crea una start up”.

Leal cree que para este movimiento es necesario también contar con apoyos externos y ganarse la confianza de esas personas”. Para Carlos Recarte, socio director de Recarte & Fontenla, cambiar cada 3 ó 4 años de compañía es algo muy recomendable, y sugiere el dominio de idiomas y ser muy bueno en algo muy determinado (especialista).

Reconoce la importancia de la reputación y de ser reconocido externamente, y explica que “caminamos hacia un mundo profesional en el que no es lo mismo tener o no tener experiencia; trabajar en un puesto digital o en uno de gestión; por proyectos o en una actividad de larga duración… Un headhunter busca especialistas. Alguien que sea una garantía y que solucione problemas concretos que tiene la empresa. Si no los encuentra dentro, tendrá que recurrir a otros sectores fuera de la propia organización”. Añade que “hay empresas a las que les gusta que la gente con potencial cambie de departamento.

Cuando se es sénior, las grandes compañías te lanzan porque eres de la casa, pero esto choca con un futuro de trabajo por proyectos. El trabajar por proyectos implica que no puedes ser generalista. Se valora que tengas experiencia en algo muy concreto”. Gestionar un nuevo tipo de influencia Si está pensando en adquirir una nueva influencia dentro de su organización y cambiar de actividad para adquirir una notoriedad que antes nadie le reconocía, tendrá que gestionar adecuadamente sus perfiles sociales, creando una marca personal sólida, real y efectiva.

Ese dominio eficaz de las redes sociales tiene que ver con la calidad del trabajo que es capaz de mostrar . Recuerde que sólo con lo que dice su currículo no basta. También debe cuidar qué dicen de usted quienes le conocen, porque somos lo que nuestros amigos creen que somos.

Por eso debe generar valor con sus interacciones y con la imagen que conforma su reputación. Debe hacer bien su trabajo de forma consistente durante el mayor tiempo posible y conseguir que otros hablen bien de su actividad. Las redes sociales afectan a la forma de contratar, pero también son determinantes para quien decide quedarse en una organización para ser ‘influencer’ dentro de tu propia compañía.

Guillem Recolons, socio de Soymimarca, cree que “gestionar nuestra marca personal consiste en el arte de invertir en nosotros mismos sobre la base de crear valor para los demás. Hacer que los demás brillen sin pedir nada a cambio nos posiciona como proveedores de valor”.

El experto valora el hecho de convertirse, incluso sin saberlo, en un ‘influencer’ invisible a quien nadie pondrá medallas a priori, aunque pueda llegar a ser reconocido como alguien que, de forma voluntaria y altruista, pone los intereses ajenos por encima de los propios. Así llegan los beneficios tangibles, en forma de promoción interna, de mejor retribución, o de condiciones laborales satisfactorias.

Bases de una transformación interna La clave es crear nuestra propia empleabilidad, vendiéndonos como si fuéramos una empresa o un producto… Incluso dentro de nuestra propia compañía. Reconstruya su carrera pensando en quién podría invertir en su talento, demostrando resultados.

La idea es alcanzar una posición central en la organización. Y esto implica contar con unos recursos irremplazables para que la compañía pueda desarrollar sus objetivos. Debe analizar su empleo, su profesión o el sector en el que trabaja. Pregúntese qué estará haciendo dentro de cinco años y diseñe un plan de carrera.

Este plan podría hacerle parecer más atractivo ante los reclutadores. Pero en este caso se trata de lograr un nuevo valor dentro de la compañía en la que trabaja. Debe sorprender internamente y demostrar un valor diferencial que ha de ser reconocido. No descuide la actualización de sus capacidades profesionales.

Las habilidades profesionales, como el mercado laboral, cambian a una gran velocidad. Debe convertirse en un nuevo tipo de profesional, y para eso debe saber cuáles son las capacidades que exigen hoy los reclutadores. Es el caso de la creatividad y la innovación; ser muy adaptable a las nuevas situaciones y tener capacidad para trabajar en entornos cambiantes; habilidad para tomar decisiones; autoaprendizaje y capacidad de reciclaje; flexibilidad y polivalencia que permitan trabajar en diferentes puestos; habilidades relacionales y comunicativas; una faceta internacional relevante; experiencia; o dominio de las redes sociales.

Se puede revolucionar una organización con el intraemprendimiento. Pero para conseguirlo hace falta un caldo de cultivo favorable a la transformación, e introducir la ‘mentalidad ‘start up’. No tendrá ninguna posibilidad si su compañía no aprovecha el talento interno para que se puedan poner en marcha ideas de negocio sin abandonar la organización.

Los intraemprendedores tienen capacidad para optimizar internamente la calidad del talento que poseen, y desarrollan la innovación desde el conocimiento del negocio.
fuente: gestion.pe

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