Un activo es un recurso con valor que alguien posee con la intención de que genere un beneficio futuro (sea económico o no). En contabilidad, representa todos los bienes y derechos de una empresa, adquiridos en el pasado y con los que esperan obtener beneficios futuros.
¿Qué es un activo en contabilidad?
Los activos son el conjunto de propiedades que una empresa ha adquirido y mediante las cuales se sustenta la obtención de beneficios e ingresos económicos. Es decir, se refieren a los elementos que, dentro de los procesos de producción, comercialización y establecimiento del negocio, participan como medios para conseguir un bien.
Estos elementos agregan un valor conceptual o material a la empresa, en términos económicos, en tanto que constituyen una garantía de que la misma pueda producir bienes e iniciar un proceso de ventas. En términos generales, los activos actúan a nivel tanto operativo como financiero.
La manera en que los activos generan beneficios es, por lo tanto, a través de su propia comercialización, esto es, mediante un proceso de compra y venta. De igual manera, estos también pueden ser una fuente de ingresos mediante su utilización en los procesos productivos, como en el caso de las maquinarias o las instalaciones. Las inversiones y deudas por cobrar también constituyen un tipo de activo en este contexto.
En el marco de la contabilidad, tanto los activos como los pasivos forman parte de la ecuación contable para calcular el patrimonio de una empresa, estudio que se hace mediante un balance general. Por esta razón, es importante considerar el comportamiento de estos conceptos para estimar, correctamente, el estado de resultados y los presupuestos del negocio, optimizando los gastos y aumentando las ganancias.
Tipos de activos
Esta clasificación se basa en un concepto de la contabilidad denominado liquidez de activos. Este término hace referencia a un índice que mide la posibilidad de que un bien pueda ser comercializado o intercambiado en un período de tiempo, convirtiéndo al mismo en dinero en efectivo. Por lo tanto, entre más rápido y fácil se pueda convertir un activo en dinero, este se considera más líquido.
Una vez explicado lo anterior, veamos los tipos de activos:
Activo circulante o corriente
Son activos que cuentan con un alto nivel de liquidez pues, de acuerdo a la proyección de la empresa, deben ser comercializados o intercambiados en un intervalo de tiempo menor a un año y, por lo tanto, su permanencia en el patrimonio es variable.
Activo fijo o no circulante
También denominados activos no corrientes o inmovilizados, en el sentido de que no son comercializables ni intercambiables, al menos, durante más de un año. Se tratan de aquellos bienes que una empresa utiliza en sus diversas actividades productivas y financieras, con el fin de generar unos ingresos, más no por la venta de los mismos.
Cuentas de activo
Cuentas de activo corriente o circulante
Dentro del cálculo de activos corrientes o circulantes, se deben tener en cuenta los siguientes elementos:
- Inversiones a corto plazo.
- Existencias en el inventario, entre las que se incluyen bienes vendibles y materias primas.
- Deudas y otro tipo de cobros por prestaciones de servicios.
- Tesorería, es decir, dinero que se encuentra en bancos.
- Acciones e inversiones financieras.
- Clientes, los cuales miden la capacidad comercial de las ventas.
Cuentas de activo fijo o no circulante
En este contexto, los activos fijos se clasifican, a su vez, en:
Activos intangibles: son aquellos activos fijos que no existen de manera física, sino conceptualmente, y que poseen la capacidad de producir bienes y garantizar su comercialización. Entre estos se cuentan:
- Derechos de uso.
- Patentes.
- Marcas.
- Propiedad intelectual.
- Inversiones a largo plazo.
Activos tangibles: se refieren a los activos que existen físicamente dentro de la empresa, entre los que se incluyen:
- Maquinaria.
- Transporte.
- Instalaciones.
- Terrenos.
¿Cómo se calcula el activo?
Antes de calcular el activo de una empresa mediante su ecuación contable, es necesario tomar en cuenta las siguientes indicaciones:
- Calcular la suma de las cuentas que conforman el activo.
- Calcular la depreciación de los activos fijos que la empresa posee.
- Tener en cuenta la amortización de deudas y cualquier otro tipo de pasivo.
Una vez hecho esto, se puede calcular el activo mediante la fórmula:
Activo = Pasivo + Patrimonio
Es decir, la suma de las cuentas de activo deben ser equivalentes a la suma de los pasivos y el patrimonio neto de la empresa. Este balance permite identificar posibles errores de cálculo entre los flujos de entrada y salida, y el capital real del que dispone el negocio.
Los activos destacan como un concepto necesario, a partir del cual se puede calcular las fuentes de ingresos y analizar, de manera precisa, el comportamiento de la economía interna de una empresa.
¿Qué le pareció este articulo? Déjenos sus comentarios.
CURSO TALLER CONVOCATORIA SUNAT 2023
Inicia: Sabado 02 de diciembre
Horario: 2:30 p.m. – 6:30 p.m.
Frecuencia: 1 una vez
Modalidad: EN VIVO